Acura RDX, con un motor V6, que podríamos catalogar como grande

Los ejecutivos de la generación Y, buscan vehículos con los que pueden identificarse, tanto en términos personales como sociales. Les
gustan los autos prácticos, de consumo contenido y buena apariencia, por lo que la oferta del mercado se centra en eso. Para los Y, con mejores ingresos, hay dos ingredientes extras: prestaciones y estatus y eso es lo que ofrece Acura con el RDX.
El cliente de Acura, busca más la belleza interior que la externa, siendo un poco más conservadores que a los que apuntan las marcas alemanas, por eso ofrecen para este modelo una carrocería tipo crossover con un aspecto moderno y joven sin ser muy llamativo.
Una de las características de los productos Acura es transmitirle al usuario esa sensación de calidad y de lujo, especial, que se nota en todo el auto, incluso dentro del compartimento del motor, donde hay unos plásticos protegiendo áreas que podrían rayarse durante una reparación, aunque donde más lo notaremos es en el área destinada a los ocupantes.
El tablero sigue el diseño de otros modelos de la marca, donde cada zona queda separada de la otra. Esto lo logran con el centro del tablero que sobresale y que parece conectarse con la consola central donde gracias a la ausencia del freno de mano, hay bastante espacio, para un deposito, que en su interior tiene una toma de 12 voltios y un conector para USB, portavasos y un deposito profundo, entre los asientos, que puede usarse como apoya brazos.
La instrumentación es clara y completa, con dos relojes grandes e iluminación, que entre ellos muestra información variada de la computadora de a bordo.
En la parte alta del tablero hay una pantalla, que normalmente sirve para el sistema de navegación, pero que en nuestro país, solo sirve para la cámara de retroceso. Bajo la ella tenemos el equipo de sonido Premium Acura ELS. que tiene un disco duro para almacenamiento de 15 GB, 10 bocinas incluyendo un subwoofer en el baúl y una potencia de 410 watts.
La tapicería es totalmente en cuero y los asientos delanteros ofrecen una forma algo deportiva con buena sujeción. Atrás hay mucho espacio para las piernas y hay que ser más alto de 6 pies para llegar a tocar con el techo.
El baúl ofrece buena capacidad, pues la llanta de repuesto casi no roba espacio, lo que permite un fondo plano. Adicionalmente tenemos la posibilidad de incrementar esta zona pues los asientos traseros se abaten por partes mediante una palanca en el baúl, por lo que no hay que hacer ningún esfuerzo.
El motor en este Acura es un V6 de 3.5 litros. De hecho, es el mismo que equipa a varios modelos de la marca, así como también de Honda, lo que garantiza disponibilidad de repuestos y que los técnicos estén familiarizados con él. Es un motor que tiene tanto el sistema i-VTEC y con el de desconexión de cilindros, que en carretera permite un buen ahorro de combustible, pero que cuando se necesita ofrece 273 HP, con lo que tenemos potencia y una buena capacidad de aceleración cuando pisamos el acelerador y un consumo bajo, cuando vamos a velocidad moderada y constante, pues cuando aceleramos disponemos de todo lo que el V6 puede dar, mientras que manteniendo unos 100 km/h en autopista, solo necesitamos tres cilindros.
El RDX solo se ofrece con una transmisión automática de 6 velocidades, que puede manejarse en modo manual con unas levas tras el timón.
Para Panamá se importa solo con el sistema de tracción integral, que varia la cantidad de potencia en cada eje en forma independiente y de acuerdo a la necesidad del momento. Nosotros solo debemos concentrarnos en manejar y el RDX hará el resto por si solo y sin que lo notemos.
A la hora de manejarlo, el RDX se siente ágil y el motor acelera lo suyo, pudiendo llegar a los 100 km, según fábrica en 6.7 segundos, lo que no está nada mal. Gracias a un buen aislamiento el motor casi no se oye y la transmisión es tan suave que los cambios no se sienten.
La suspensión es uno de sus puntos fuertes, pues en sectores de curvas tiene buena compostura, con poca inclinación de la carrocería y la sensación de mucha estabilidad, pues ofrece una amortiguación con dos etapas, que se endurece cuando hay mucha fuerza actuando sobre ellos. Aunque no es un vehículo con buena capacidad para usarse fuera del asfalto, pues no tiene mucha altura al suelo, es adecuado para los caminos de tierra y así pudimos comprobarlo pudiendo pasar por huecos y charcos, con facilidad y sin que adentro nos sintamos incómodos.
Otro punto que nos gustó fue la dirección, pues a pesar de la asistencia eléctrica y a que normalmente los productos destinados al mercado americano tienen la dirección muy suave, en este caso permite saber lo que hacen las ruedas.
La parte de seguridad también está bien cuidada y disponemos de frenos de disco en las cuatro ruedas, con ABS y EBD, luces diurnas y faros de Xenon, sistema de control de presión de llantas, control electrónico de estabilidad y control de tracción, más 6 bolsas de aire, anclajes para sillas de bebé y asientos que mitigan el efecto latigazo en choques traseros. Por todo esto y por su solida fabricación la agencia norteamericana que ve la seguridad en carretera, lo cataloga como Top Safety Pick, lo que la pone entre los mejores vehículos en ese punto.
En términos de manejo, no es tan deportivo como sus rivales alemanes, pero si lo es más que sus rivales japoneses. Por precio y equipamiento es un rival de peso para todos ellos, pues cuesta 53,500 dólares, ofrece una garantía de 3 años o 100,000 kilómetros y tiene una lista de equipamiento completísima.