Ford Flat Rock, donde nace el Mustang

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Ford tiene en las cercanías de Detroit una de sus fábricas más importantes Flat Rock. Aunque para el tema visitas del público, Rouge es la favorita, también aquí hay la posibilidad de una visita guiada y cuando nos la propusieron no pudimos decir que no, pues aquí se fabrica el nuevo Mustang y harán una excepción con nosotros, nos dejarán fotografiar el recorrido.

Esta es una fábrica relativamente moderna, pues se inauguró en enero de 1972 para producir motores. Justo meses después de su inauguración estalló la guerra entre árabes e israelíes, que terminó en el embargo petrolero y la caída en ventas de los autos americanos con motor V8. Eso sumado a problemas sindicales obligó a Ford a cerrar Flat Rock.

Mazda entraba en acción cuatro años después, compraba la planta y la ampliaba, para empezar a producir autos en Estados Unidos. Aquí se fabricó el MX-6, luego el 626 y finalmente el Mazda 6, junto a versiones derivadas de esos autos que vendían a Ford con cambios en la carrocería, para que el gigante de Detroit los vendiera como suyos.

En 2012, Mazda mudaba sus operaciones en el continente a México, donde iba a construir una planta y Ford re compraba Flat Rock, para producir el Fusion y ahora el Mustang.

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El tour nos lleva en unos cómodos carritos a través de todo el proceso de fabricación, empezando por la fabricación de las piezas de metal, donde unas enormes prensas transforman las laminas de acero en pisos, techos, puertas y guardafangos. Todas estas piezas empezaron siendo un rollo de acero, con un peso de 20 toneladas. Y dependiendo del tipo de pieza se usa una clase u otra de acero.

Muchas de estas piezas se usarán en la fabricación de los nuevos vehículos, pero otras pasarán a un almacén y serán piezas de reposición, que venderán los distribuidores como repuestos. Algunas de esas partes no se fabrican en Flat Rock sino en una fábrica de estampado a pocos minutos de aquí.

El área de estampado es enorme y podemos asegurarles que es la más grande que hemos visto (a ustedes les consta que hemos visitado muchas fabricas automotrices). La capacidad de la fábrica les permite producir 70 vehículos por hora, lo que son muchas partes.

Nos sorprende la automatización de la planta de estampado ya que muchas de las operaciones son robotizadas, por esto es que hay zonas donde hay muy poco personal o ninguno. Según el guía son solo 150, incluyendo a la gente de mantenimiento.

Llegamos a un área donde encontramos las primeras carrocerías del nuevo Mustang, y pasamos a la zona de ensamble, donde hay una serie de estaciones donde se montan ciertos componentes, como las puertas, que se instalan antes de que el vehículo se pinte, para verificar ajustes y una vez pintadas, se volverán a desarmar antes de pasar a la zona de ensamble, lo mismo ocurre con la tapa del motor y del baúl.

Como es habitual en la mayoría de las fábricas, el área de pintura es secreta, por lo que en la visita ni siquiera se menciona el tema, pasando directamente al ensamblado final,  donde el auto empieza a cobrar vida, con la instalación de tablero, cableados, interiores, etc.

El sistema es universal y todas las marcas de autos, usan la versión desarrollada hace más de cien años por Henry Ford. Ciertamente las cosas han cambiado mucho desde entonces y la logística está controlada por computadoras, pero la base, la idea, sigue siendo la misma: el auto se mueve a través de una linea y los operarios van armando el auto, cada grupo, dedicado a algo especifico y repetitivo.

Cómodamente sentados vamos avanzando a través de la linea de ensamble viendo todo el proceso de convertir una carrocería en un auto.

Hasta hace unos 30 años, en cada línea se hacía solo un modelo, hoy gracias a la informática, podemos ver que podemos tener varios modelos en cada línea, sin que haya problemas de piezas. Igualmente tenemos distintos niveles de opciones, a la vez. Durante nuestra visita pudimos ver Fusion y Mustang compartiendo la línea y a la vez vimos motores de 4, 6 y 8 cilindros.

A cada vehículo se le ha dado una identificación electrónica, con todos los datos de especificaciones y accesorios. Los repuestos llegan a cada estación justo antes de que llegue el auto y un scanner avisa cuando llega el auto al que pertenecen.

Muy automatizado.

Algo muy típico de las fabricas estadounidenses, es que aquí los operarios no tienen uniforme, como en las japonesas y europeas. Hay unas normas mínimas a seguir, básicamente por seguridad, pero cada uno viste como quiere.

Tras casi una hora de recorrido llegamos al final, mucho más relajados y descansados que en otras fábricas y es que en esto de tratar al turista, Ford le lleva una buena ventaja a sus competidores.

Todos los Mustang que se vendan en el mundo se producirán aquí, incluso aquellos destinados a manejo por la izquierda. En total son 180 los países que recibirán este modelo, entre ellos el nuestro.