Hyundai Tucson, más grande y equipado que nunca

En la Edad Media, se creía que había una fórmula mágica que transformaba cualquier cosa en oro. Actualmente nuestros conocimientos en química han avanzado lo suficiente, como para entender que eso no es posible, sin embargo, en la industria automotriz algunos se han convertido en alquimistas modernos y todo lo que tocan se transforma en éxito.
Hyundai parece ser uno de los pocos que tiene la fórmula, que aplica a cada modelo que lanza al mercado y con la tercera generación del Tucson, no ha querido variarla, aplicando todos los ingredientes para que supere en ventas y satisfacción a las dos anteriores, que no es pedir poco.
Mientras muchas marcas han achicado sus SUV, Hyundai quiere pelear de tu a tu con los líderes en cada segmento, con lo que el Tucson ha crecido para ser una alternativa al Honda CR-V o al Toyota RAV-4, lo que da pie a pensar que pronto tendrán algo más pequeño y a un precio inferior para el segmento de entrada a los pseudo 4×4.
Con una plataforma mayor a la anterior, el Tucson (que ya no se llamará iX, en ninguna parte) adopta una carrocería con ciertos rasgos de su hermano mayor, el Santa Fé, con una línea de ventanas similar y un frente dominado por la nueva parrilla Hyundai. Como el Tucson se venderá en Estados Unidos y Europa, tiene el frente alto y recto al que obligan las normas de seguridad europeas de protección a peatones y nosotros nos beneficiamos de una fabricación con más puntos de soldadura y rigidez, pues en esos mercados necesitan las 5 estrellas de seguridad si quieren vender volumen. El portón trasero parece tener una división que permite abrirlo en dos partes, pero es solo un diseño visual, pues abre en una sola pieza. Muy original también la forma lateral de la defensa que sube hasta las lámparas.
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Al abrir las puertas del Tucson, encontramos un interior monocromático, con un tablero muy esculpido, que se prolonga hacia las puertas y da la impresión de abrazar a sus ocupantes. Todo es en plástico, pero en Hyundai se han preocupado de darle texturas diferentes, lo que da una cierta sensación de calidad, que se nota también en los botones y ciertos controles. Las cosas que uno va a tocar constantemente también tienen ese tacto agradable y el timón va forrado en cuero.
Nuestro vehículo, de prueba es un vehículo de pre producción, que no va a ser exactamente igual a los que se venderán aquí, en cuanto a ciertos equipos. Sin embargo, Petroautos nos confirmó que la versión para Panamá tendrá la tapicería en tela, el timón con ajuste en altura y profundidad, más los controles del equipo de sonido. Este tendrá 4 bocinas, Bluetooth, salida auxiliar y para USB y lector de CD. Adicionalmente tendremos: ventanas eléctricas, computadora de a bordo con medidor de consumo, aire acondicionado, portalentes, control interno de apertura de baúl y tapa de gasolina, viseras con espejo, asientos posteriores abatibles y cierre central.
Donde más notaremos la diferencia en tamaño, contra la Tucson iX, es en el asiento trasero, pues hay algo más de espacio para las piernas y en el baúl, que ha crecido considerablemente. Para aprovecharlo al máximo, el piso es plano y bajo él se esconde una llanta de repuesto temporal, pues de otro modo no hay forma de meter una llanta 225/60 R17, que es lo que lleva de serie.
Los coreanos entendieron hace años, que el precio es un factor de compra, pero no el único y que sin seguridad, equipamiento y tecnología no estarían donde hoy están. Sin embargo, siguiendo el ejemplo de los japoneses, no se decantan por lo último en tecnología y prefieren ir a lo seguro que ir a la vanguardia, por lo que en el Tucson solo encontraremos sistemas probados hasta la saciedad, de modo que el comprador no tenga sorpresas. Uno de ellos es un selector de modo de manejo, con una posición normal, que es la que funciona si nosotros no la alteramos al toque de un botón. Hay una opción ECO, enfocada a brindar ahorro de combustible y donde hasta el aire acondicionado no funciona a toda capacidad para economizar gasolina y una versión SPORT, que permite aprovechar todo el rango de torque del motor, haciendo los cambios a altas revoluciones.
El motor es un 2.0 litros, con doble árbol de levas en cabeza y 16 válvulas, que genera 156 HP y que igual puede ir conectado a una transmisión manual de 6 velocidades que a una automática con el mismo numero de relaciones. Esta última transmisión que es la que equipa a nuestro auto de prueba puede manejarse en modo manual moviendo la palanca hacia el conductor y luego con movimientos hacia adelante o atrás. En ambos casos las ruedas motrices son las delanteras.
Hyundai ha rediseñado la suspensión, con brazos de control atrás y mejores amortiguadores en las cuatro ruedas, más unos cambios de ángulo. El resultado es un manejo más predecible a alta velocidad, con menos inclinación de la carrocería en curvas y menos rebote al pasar rápido sobre un policía muerto. La dirección también se siente mejor que en el modelo anterior, con mucha precisión y rapidez aun siendo bastante suave.
Sobre carretera, el motor tiene buen empuje, aunque a altas revoluciones se escucha alto y claro. La transmisión cumple con mantener el auto en un bajo rango de revoluciones lo que redunda en bajo consumo y si pisamos a fondo el acelerador no titubea en bajar uno o dos cambios, con lo que no tendremos problemas en adelantamientos. Aunque no es un 4×4 si tiene la altura suficiente para pasar por charcos y caminos de tierra, por lo que podremos usarlo en viajes de fin de semana. La ruta elegida nos permitió pasar por riachuelos con poca profundidad, que perfectamente imitan los charcos en ciertas calles capitalinas, pasando sin problemas. Sobre tierra, la suspensión cumple su cometido con pocos ruidos y vibraciones, proporcionando un nivel de confort aceptable para sus ocupantes.
En el tema seguridad se queda algo corto, pues aunque tiene frenos de disco en las cuatro ruedas con ABS, solo se ofrece con bolsa de aire para el conductor.
Los dos Tucson anteriores, tenían la formula: precio/ calidad/ equipamiento muy bien ajustada, lo que hizo que ambos modelos se vendieran muy bien. Este último, es un paso adelante en la estructura de la fórmula, lo que debe proporcionarle resultados similares o mejores.