INFINITI QX55. SOFISTICACION Y BELLEZA

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El nuevo crossover de Infiniti llega con un interior más amplio de lo que la hermosa carrocería promete y con un exclusivo motor, potente y económico.

Hace unos años una marca alemana decidió hacer una versión deportiva de un SUV, lo que hicieron fue hacerle una parte trasera diferente con un techo inclinado. El experimento les salió tan bien que otras marcas empezaron a copiarlo. Infiniti había resistido a la tentación, pero al mercado hay que darle lo que pida y por ello es que sobre la plataforma y mecánica del QX50, llega ahora la versión “coupé” o QX55.

El equipo de diseño de Infiniti es uno de los mejores en el mundo y cada obra suya es eso, una obra de arte. Con el QX55, la labor era transformar al QX50, dandole una nueva personalidad, sin cambiarlo radicalmente. Esta carrocería tiene muchos rasgos de su hermano, especialmente en el frente, que como es la moda está dominado por una gran parrilla de cuyos bordes salen las luces, que son de LED, así como también lo son las luces de neblina. Unas entradas laterales más agresivas en la defensa, que también tiene una especie de labio inferior, completan ese aspecto de chico malo, que tiene el QX55.

Lateralmente es donde se ve más la diferencia, con una linea de cintura muy marcada y una de ventanas que asciende levemente. El techo tiene esta caída que se acentúa visualmente al achicar la ventana trasera, con lo que tenemos ese aire a “coupé” que caracteriza a estas versiones pseudo deportivas.

La parte trasera es enteramente nueva, algo voluminosa, pero no tanto como sus competidores. Aquí los japoneses lograron algo más agradable a la vista que sus contrapartes alemanas. El diseño de las lámparas tambien es nuevo y la firma lumínica parece teclas de piano. El toque deportivo viene dado por dos grandes salidas de escape y el spoiler en el techo que es funcional. Algo decorativo, que también es funcional, es el emblema trasero que no solo esconde la cámara de retroceso, sino que tiene el botón para abrir el maletero, que también abre desde la llave, desde adentro o con el pie.

El interior, tiene al conductor como el centro del diseño, con la consola inclinada hacia él y un asiento con múltiples ajustes eléctricos, que como el resto del interior va tapizado en cuero. Los asientos usan la tecnología Gravity Zero, que fue desarrollada por la NASA y ofrecen mucho confort en viajes largos, así como la posibilidad de tener tres niveles de temperatura. Frente al conductor un cuadro de instrumentos análogo que en la mitad tiene un centro de información digital con información variada que podemos cambiar desde un botón en el timón. Al centro del tablero, tenemos una pequeña pantalla con el equipo de navegación y el sistema de cámaras. Una segunda pantalla con el equipo de infoentretenimiento va ubicada en la consola. Esta cuenta no solo con la pantalla táctil, sino con múltiples botones a los lados, que permiten acceder a las funciones más importantes.

Atrás el espacio es adecuado, sobre todo porque podemos mover la base de los asientos para tener más espacio para las piernas y también inclinar el respaldo. Tenemos en esa parte una salida para el aire, una toma de 12 voltios y una USB, mas el tercer control de temperatura del aire acondicionado.

El baúl ofrece buen espacio, con un fondo plano, bajo el cual hay otro pequeño deposito para llevar cosas en orden. No hay llanta de repuesto, pues las llantas son “Run Flat”, en su lugar tenemos el amplificador y el subwoofer del equipo de sonido firmado por Bose, con 16 bocinas. Si necesitamos más espacio, el asiento posterior se abate en una proporción 40:60, mediante unos tiradores en el baúl.

En términos de seguridad, el QX55 ofrece el sistema de control de velocidad crucero ProPilot, que ofrece un cierto nivel de autonomía, head up display, control electrónico de tracción y estabilidad, sistema de visión periférica con detector de movimiento, advertencia de punto ciego, alerta de tráfico cruzado trasero, con frenado autónomo y sistema de aviso de colisión frontal o atropello con frenada de emergencia, más un total de 8 bolsas de aire.

El QX55 tiene un motor que es una pequeña obra de ingeniería: el motor de compresión variable. Un motor de gasolina con la eficiencia y torque de un diesel. El cuatro cilindros y 2.0 litros ofrece 268 HP a 5,600 rpm y 380 Nm desde las 1,600 a 4,800 rpm, con lo que tiene más potencia que el motor V6 que equipan otros modelos de la marca y una eficiencia en consumo hasta un 30 por ciento mejor. Parte de la eficiencia conseguida se la debemos a una transmisión automática CVT, que en modo manual simula 8 velocidades. Debido al carácter deportivo de Infiniti y de este modelo, la palanca de cambios tiene una posición manual y unas levas tras el timón nos permiten hacer los cambios de marcha de acuerdo a nuestro gusto. Sin embargo, la transmisión es el talón de Aquiles de este modelo, pues este tipo de transmisión no tiene nada de deportivo. Su diseño prioriza suavidad y economía de combustible, pero eso de ofrecer rapidez en arranque, no lo tendremos en este auto por culpa únicamente de la transmisión.

Contamos con cuatro modos de manejo: Eco, Standard, Sport y Personalized, donde en cada uno se prioriza un elemento en particular, cambiando la forma como el motor y la transmisión entregan la potencia. En Eco, se prioriza tanto el consumo, que el auto se siente lento, con muy poca sensibilidad en el acelerador, así que lo recomendaría solo para ir en tráfico a baja velocidad. En los otros modos, eso no se nota por lo que ahí no hay queja, especialmente en el Sport que se ajusta más a lo que uno esperaría de un auto con esta carrocería y que como bono ofrece un sonido muy agradable.

Este es un vehículo enfocado a brindar confort en cualquier circunstancia, por ello tenemos una suspensión relativamente suave, que absorbe bien las imperfecciones de nuestras calles y que gracias a tener tracción en las cuatro ruedas y a que tenemos una altura al piso de casi 22 centímetros, podremos usar sobre caminos de tierra y pasar por charcos en la época de lluvias. Ese enfoque en confort, hace que la carrocería se incline en curvas a pesar de que el auto cuenta con la amortiguación Body Motion Control, que en teoría debe mantener el auto muy plano en curvas y hacer que los huecos no se sientan dentro del auto, sin embargo, mientras esto último si se cumple a cabalidad en lo primero no pueden competir contra sus rivales europeos. En parte porque este auto fue pensado mayormente en el mercado estadounidense, donde uno se mueve casi siempre en autopistas muy rectas y no en caminos de montaña. Un detalle positivo es que es bastante silencioso, a pesar de que tiene rines de 20 pulgadas. No hay ruidos de viento y el ruido que hacen las llantas tampoco es gran cosa, a pesar de que normalmente las run flat son algo ruidosas.

La versión que se importa es la más equipada que ofrece la marca y su precio es de 70,000 dólares con todo e ITBM. Un precio que puede sonar alto hasta el momento en que lo comparamos con sus principales rivales alemanes o japoneses, donde todos cuestan más que el QX55, con el nivel de mayor equipamiento.