Jaguar 240, el sedan más hermoso del mundo en su época

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Dentro de la gama de sedanes de Jaguar, el MK II es probablemente el más cotizado y de toda la gama los 3.4 y 3.8 son los más valorizados, pues ofrecen las mejores prestaciones. Sin embargo el 240, a pesar de estar a la sombra de sus hermanos mayores es un auto mejor construido, que ha soportado el paso del tiempo con mayor dignidad.

En 1966 Jaguar pasaba a formar parte de BLMC (British Leyland Motor Company) y por tanto compartía la filosofía del grupo, más acostumbrado a la producción en masa que a los autos de lujo y manejado por gente experta en contabilidad y en recorte de costos. El cambio de propietarios atrasaba el proyecto XJ y mientras tanto había que levantar las ventas de un modelo que ya tenía 7 años a cuestas. Para ello se creó un modelo con componentes mixtos entre el MK y el XJ, llamado 420 y se puso a la venta un MK descafeinado, con el motor de 2.4 litros y un listado de accesorios bastante escaso, para los estándares de la marca, bajo la denominación 240.

Para diferenciarlo de los Jaguar más potentes, se le puso las defensas del S-Type y las copas del 420, junto con cambios en los emblemas, aunque donde los cambios eran más visibles era en el interior, donde desaparecían las mesitas del respaldo del asiento frontal y en muchos casos la tapicería era en tela. En los casos en que tenía cuero, este no era de la calidad de los Jaguar anteriores.

Aunque todo parecía indicar que se trataba de la versión básica del MK II, pues tenía un motor más pequeño, este se beneficiaba de los cabezotes como los del E Type que obligaban a un colector de escape deportivo y la sustitución de los carburadores Solex por unos SU. Con una cilindrada de 2,483 cc contaba con una potencia de 133 HP que se alcanzaba a las 3,700 rpm.

El interior, mantiene el tablero del resto de la gama MK II, con madera que llega hasta las puertas y una dotación extensa de pulsadores para las funciones principales del auto, como limpiaparabrisas, abanico y luces, asientos individuales adelante, tapizados en cuero que en todos los casos hace juego con la alfombra y un asiento trasero con apoyabrazos incluido.

Este era el primer auto de la marca para todo público y así lo anunciaban en 1966, como: «el agrado de manejar un Jaguar empieza en 1,341 libras esterlinas». Tras fabricarse hasta 1969 y después de 4,446 unidades vendidas, el 240 fue el último MK II en fabricarse.

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Sentado tras el volante

Para un auto de fines de los 60, el Jaguar 240 era un auto de buenas prestaciones, con una velocidad máxima de 160 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h de 12.6 segundos, lo que lo ponía como uno de los más rápidos de las carreteras británicas y a la vez uno muy silencioso, sin ser de los más caros, pues en comparación con el Rover 2000 TC o el Triumph 2.5 (este último hecho también por BLMC) costaba unos 200 dólares más. Incluso en términos de su principal rival a nivel internacional, el Mercedes Benz 250 SE, este era mucho más caro que el Jaguar.

Aunque su principal mercado de exportación era Estados Unidos, la versión que les mostramos, que fue vendida originalmente en Panamá, cuenta con una transmisión manual de cuatro cambios, con un embrague bastante duro y una palanca un poco imprecisa.

Donde más se le nota la edad es en la dirección, esta es muy dura y con poco giro, lo que obliga a un gran esfuerzo a la hora de estacionarse, pero ya a cierta velocidad uno empieza a apreciar más suavidad y bastante precisión. También a velocidad se puede disfrutar de su agilidad, producto de que el motor 2.4 iba montado más bajo que el resto de la gama. Si a esto sumamos un menor peso, tenemos un auto con un centro de gravedad más bajo.

Los frenos también eran fuera de serie para los años 60, siendo uno de los pocos autos de 4 puertas en disponer de discos en las cuatro ruedas.

Sin embargo, sentado en el puesto del conductor, lo más impresionante es el tablero de madera, con dos grandes relojes frente al conductor y en el centro el botón de arranque, una serie de palanquitas para los controles más habituales y sobre ellas cuatro relojes adicionales.

Este es un auto que hace girar cabezas y eso que en Panamá, no fue ni un auto de policía, ni uno de carreras, como muchos 240 en Gran Bretaña, pero la belleza de sus curvas, sigue atrayendo miradas aun con casi 50 años encima y es que siguiendo la premisa establecida por el fundador de la marca, la elegancia era lo primero en un Jaguar.

Su historia personal

Este carro estuvo muchos años en manos de un mecánico de aviones, que lo compró nuevo en 1967 y que al fallecer quedó abandonado por varios años, hasta que la viuda lo vendió a su actual propietario, por lo que este Jaguar ha pasado solo por dos manos. Por alguna rasó el autos e guardó un tiempo en el local de un conocido del actual propietario, que al verlo hizo una oferta de compra, con la idea de restaurarlo junto con su padre.

En apariencia parecía en muy buen estado, pero ya cuando empezaron a trabajar en él, les tocó reparar frenos, motor y transmisión, consiguiendo piezas en Estados Unidos, Inglaterra y España. Una vez terminada la parte mecánica, siguió la carrocería que mostraba algunos rastros de óxido y cuya pintura estaba en mal estado. Afortunadamente el propietario original, mantuvo el interior en excelente estado, por lo que no hubo que tocar ni tapicería ni alfombras.

Luego de dos años el auto estaba listo para volver a la calle, donde ha vuelto a rodar, mostrando nuevamente su donaire y alcurnia.