Para 2020, nadie que vaya en un Volvo puede morir

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«Para 2020, nadie que vaya en un Volvo puede morir o siquiera salir gravemente herido»   Hâkan Samuelsson. CEO y Presidente de Volvo Car Group

Desde que Volvo fue comprada por Zhejiang Geely Holding, las instrucciones fueron: hagan lo que saben hacer. Y Volvo lo que sabe hacer es autos seguros, pero también quieren ser conocidos por diseño, ecología y sistemas intuitivos. Estos cuatro pilares serán de ahora en adelante las bases sobre las que se desarrollaran nuevos vehículos.

Tras 30 años fabricando con elementos de otras marcas, como motores o plataformas, el nuevo XC90 es el primer auto 100 por ciento hecho por Volvo y es el primero bajo los cuatro pilares. De acuerdo a las estadísticas de las aseguradoras suecas, Volvo es el auto premium más seguro, pero el XC90 pretende poner el listón aun más alto y para ello han desarrollado una serie de pruebas, basadas en accidentes reales, que el auto pasa con honores.

A las normas gubernamentales de seguridad, un ente privado, Euro NCAP ha añadido una serie de pruebas de choque que cubren la mayoría de accidentes graves que involucran dos vehículos o un objeto fijo. Estas pruebas son la base que sirve para comparar los vehículos y asignarles una serie de puntos y estrellas de acuerdo a que tan seguros sean. El sistema lleva ya varias décadas en funcionamiento y la industria se basa más en esas pruebas y resultados, que en lo que son las exigencias americanas, japonesas o de la Unión Europea. Tan imparciales son las pruebas de EuroNCAP, que el público las cree a pie juntitas y en la mayoría de los casos desconoce que no se califica de acuerdo a ningún estándar nacional o continental, sino a los estándares fijados por Euro NCAP.

Volvo ha querido ir aun más allá y gracias a su laboratorio de pruebas y a un equipo de médicos que trabaja exclusivamente para ellos, han visto que tipos de accidentes no están cubiertos por el paraguas de Euro NCAP, pero que pueden tener consecuencias graves para los ocupantes. Una de ellas es la llamada «prueba de la zanja» que en Suecia dicen es algo bastante común y que como veremos es también común en lugares como América Latina.

La prueba de la zanja, recrea un accidente que consiste en una salida de carretera ya sea por esquivar un hueco o un animal, o por distracción en el manejo. El auto que marcha a velocidad, se sale de la carretera y cae al desnivel o zanja que hay al lado, saliendo por el aire al salir de la zanja y golpeando luego contra algún objeto.

La zanja es un elemento común. La carretera siempre está más alta que el resto del paisaje y la zanja ayuda a eliminar el agua durante un aguacero y evita que el monte invada el asfalto.

En un auto normal, los individuos dentro de él, tendrán un movimiento de péndulo a medida que el auto entre y salga de la zanja y luego de una caída pueden chocar contra cualquier tipo de objeto fijo. En el momento de la caída o en el choque final se activarán los redentores del cinturón y se abrirán las bolsas de aire. Es probable que esto nos salve de lesiones graves o algo peor, pero hay una alta incidencia de casos de lesiones en la columna, del tipo discos comprimidos o incluso fisuras en vértebras, que no causan la muerte, pero que pueden resultar muy dolorosas y causan algún tipo de incapacidad que debe curarse mediante una intervención quirúrgica.

Volvo propone cambios en la forma de los asientos y un sistema de tensión de los cinturones, que sustituye el elemento explosivo que tiembla estos, por un sistema eléctrico que puede hacer más de un tirón. Con esto amortiguan la caída y la columna vertebral queda en linea recta, con lo que hay absorción de energía sin comprimir discos o vértebras.

El sistema incluye una serie de sensores que detectan que el auto no está en la carretera y procede a templar los cinturones y a reposiciones el asiento.

Pudimos participar de una prueba al público del sistema y observar tanto el accidente como su efecto en el auto y en los pasajeros. La salida del auto es a 80 km/h y a pesar de que la zanja tiene poco más de 30 centímetros, el XC90, que pesa casi 2,000 kilos vuela  casi dos metros de altura y en su caída rompe rines y elementos de suspensión, luego choca contra un talud de tierra. Tras un golpe de esa magnitud, todas las puertas abren, incluyendo el portón trasero y los muñecos han permanecido en su posición sin siquiera tocar con ninguna de las 8 bolsas de aire, las cuales se abrieron todas. Luego nos mostraron la data recogida con información del choque que mostraba las fuerzas a las que se sometió la columna de cada uno de los tres ocupantes, con el resultado de que está dentro de las fuerzas que puede soportar sin lesiones el cuerpo humano.

El Volvo XC90 está próximo a salir al mercado, cuando lo haga no solo será el SUV más seguro del mundo, sino que sentará nuevas bases para lo que deben ser las pruebas de seguridad del futuro.