PASANDO EL RATO CON LOS BENTLEY BOYS

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Bentley tiene una larga tradición en competición, fueron en los años 30 dominadores en las carreras de larga duración, pero en la actualidad participan en dos campeonatos en forma «oficial». En Europa corren la Blancpain GT Series y en Estados Unidos el Pirelli World Challenge. En ambos campeonatos se sigue un patrón parecido, con dos carreras de máximo una hora en un fin de semana, con puntaje independiente para cada carrera.

Asistimos a una de las carreras del Pirelli World Challenge, en Portland, acompañando al equipo K-Pax Racing, quienes compiten con dos Bentley Continental GT3. Aunque es un equipo privado, fue el elegido por Bentley para representarlos y cuentan con todo el apoyo de la fábrica, con personal de ellos supervisando y apoyando en la mayoría de las labores.

K-Pax Racing no es un equipo cualquiera, pues cuentan con cuatro campeonatos de GT y tres de fabricantes en el Pirelli World Challenge. Es su primer año con Bentley, luego de haber corrido cuatro temporadas con McLaren. Por otro lado, Bentley terminó en 2017 una exitosa temporada con el triunfo en el Blancpain GT Series Endurance y el Campeonato Británico de GT, trofeos que se adicionan a los de Blancpain GT Series Sprint Cup Drivers y al de GT Series que ya adornaban la sala de trofeos en Crewe.

El Continental GT3 es construido por Bentley Motorsport y al contrario del auto de calle, no tiene un V12 sino un V8 con dos turbo y una cilindrada de 4.0 litros. Con esto se obtienen 515 HP por lo que la categoría lo obliga a un peso de 2,800 libras. El auto mantiene su estructura básica, pero los paneles de carrocería son todos de fibra de carbón, la transmisión va montada junto con el diferencial en el centro del eje trasero y es del tipo secuencial, con engranajes rectos. Los frenos son un desarrollo de Brembo y la mayoría de asistencias electrónicas, ya que disponen de frenos ABS y control de tracción, se pueden ajustar desde el timón.

En sus inicios en competición, los pilotos de Bentley eran como una cofradía, muchos eran amigos de infancia, por lo que formaban un grupo homogéneo muy unido, que era conocido por sus competidores como los «Bentley Boys». Los actuales Bentley Boys son el portugués Alvaro Parente y el brasileño de 21 años, Rodrigo Baptista, ambos contratados por K-Pax. A ellos se unen el belga Maxime Soulet y el español Andy Soucek, pilotos oficiales de Bentley. En el auto número 3 compiten Soulet y Baptista, mientras Parente y Soucek se reparten el manejo del auto número 9.

Para el Rose Cup Race, Baptista clasificaba cuarto y Soucek, quinto, por lo que se esperaba que estuvieran en pelea por el primer lugar, a pesar de que en el circuito de Portland es muy dificl pasar, pues hay dos largas rectas y un inmenso curvón, donde al tener todos los participantes la misma relación peso-potencia no hay la posibilidad de pasar a punta de máquina.
El arranque de la primera carrera, mostró esa situación con los cinco primeros muy pegados y despegándose del resto. Parente parecía más rápido que Baptista, pero este luchaba con el Mercedes de Fassnacht y era imposible pasar. Las reglas de carrera obligan a parar a cambiar llantas y al piloto entre el minuto 25 y el 35, por lo que el equipo estaba a la espera de esa ventana para hacer su movida e intentar ganar posiciones. Parente aprovechó que el otro Bentley estaba superando un rezagado, para intentar pasarlos a ambos, pero el rezagado cambiaba su trayectoria y Parente terminaba contra la barrera de llantas dañando el radiador.

Baptista escalaba hasta la primera posición al parar los tres autos frente a él y hacía su detención. Mientras él se bajaba del auto y Soulet tomaba su puesto, Parente pasaba por pits directo al paddock, con problemas de recalentamiento e inmediatamente retiraban el auto. En el momento en que Soulet arrancaba el auto una llamarada salía por el tubo de escape y su ingeniero le pedía apagar el motor, con lo que ambos autos quedaban fuera de la carrera.

Inmediatamente los mecánicos empezaron a desarmar ambos Continental y en menos de dos horas ya tenían ambos motores y transmisiones fuera del auto. El motor del Bentley número 3, no tenía reparación y ese era el auto mejor posicionado en el campeonato, por lo que se tomó la decisión de ponerle el motor del número 9 y tener ese auto listo para la carrera del domingo, donde partirían desde el último lugar.

Soulet era quien manejaba el primer turno y a base de un par de maniobras arriesgadas en la primera vuelta lograba subir dos posiciones, quedando luego atrapado detrás de un Lamborghini. La salida de un auto de seguridad, le permitía entrar primero que el grupo de punta y subir a Baptiste, que quedaba en tercera posición detrás del Ferrari de Vilander y Molina. «Era más rápido que ellos en la recta, pero en las frenadas ellos lo hacían más tarde. Lo intenté varias veces, hasta que logré pasarlos» decía Baptiste al final de la carrera, que fue ganada por el Porsche GT3 R, que terminó 2.624 segundos delante de ellos. Sin embargo había sido penalizado con 3 segundos por una infracción en la pista, por lo que la victoria era para el Bentley, la quinta de la temporada.

Tras un día amargo con ambos autos retirados, los Bentley Boys se recuperaban espectacularmente y alcanzaban la victoria.