CITROËN

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En junio de cumplen 100 años de su fundación.

Hace unos años, diez grandes figuras del diseño automotriz fueron convocadas para que a su criterio decidieran cual era el auto más hermoso del mundo. Nombres como el Lamborghini Miura y el Ferrari 250 GT SWB aparecieron, pero el ganador fue el Citroen DS. Este era un auto revolucionario e innovador en todos sus aspectos, como lo habían sido la gran mayoría de automóviles que llevaba el apellido de André Citroen.
Este mes hace exactamente un siglo, Citroen presentaba su primer auto, uno de construcción ligera y buen precio, que debía ser producido en grandes cantidades para que la empresa fuera rentable. Sonaba como que André Citroën iba a ser el Henry Ford francés. El Type A fue presentado el 4 de junio en los Campos Eliseos 42, en un local propiedad de Fernand Charron, distribuidor de la marca de autos Alda, tres días después se vendía el primer Type A. Era el inicio de una carrera brillante de una marca que ha sobrevivido hasta nuestros días.
El camino de Citroën no siempre ha sido fácil, pues su fundador era un visionario en muchos aspectos, pero un hombre poco práctico y muy demandante, con poco control financiero, por lo que en menos de una década estaba muy endeudado. Fue en ese momento que Michelin entró como socio y saneo las finanzas, pero la aventura del Traction Avant, el primer auto de gran producción con tracción delantera, causó la falta de liquidez de la compañía y en 1935 Michelin se convertía en el principal accionista de la empresa. Unos meses más tarde Citroën fallecía de un cáncer en el estómago.
Paul Michelin no viviría mucho más que su socio y en 1938, Pierre Boulanger se convertía en el presidente de la compañía. Sería bajo su mandato que se iniciarían los planes de construcción de un auto muy económico y barato, que el agricultor francés pudiera comprar y aunque a Segunda Guerra mundial interrumpió sus planes, al finalizar el proyecto se llevaría a la producción con el nombre 2 CV. También durante su estadía al frente de la marca se crearían el Type H, un vehículo comercial de reparto y luego el DS, el auto de lujo de la marca.
A la muerte de Boulanger sus sucesores continuaron con la filosofía innovadora de la marca, mucha de la cual provenía de la tecnología del DS, con diseños muy aerodinámicos y vehículos con suspensión hidroneumática.
Parecía que Citroën estaba en buena situación financiera, pues en los 60 e inicios de los 70 su portafolio de productos había crecido y tenía fábricas fuera de Francia, en Europa y Sudamérica, pero en 1974 volvía a declararse en bancarrota.
Para la segunda empresa automotriz de Francia, esta situación ponía en peligro muchos empleos, por lo que el gobierno francés intervino y se creó una unión entre Citroën y Peugeot, creándose una nueva compañía: PSA Group.
A partir de ese momento la marca se expandió nuevamente y su portafolio de productos creció, aunque los puristas de la marca extrañaban el carácter innovador y estilo distintivo de los modelos previos. La marca actualmente ofrece una gama completa de sedanes, SUV y vehículos comerciales ligeros y ha creado una sub marca DS para sus vehículos de lujo. Tiene presencia en China, gracias a un joint venture con Dongfeng y en 2018 ocupó el venticuatroavo lugar en ventas mundiales con un millón de unidades vendidas.