OLDSMOBILE STARFIRE 1963

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PIONERO

En 2004, General Motors decidía terminar con la marca más antigua de su portafolio: Oldsmobile, la marca que había fundado Ransom Eli Olds en 1897. Por más de un siglo la marca había logrado vender 35.2 millones de autos, pero el paso del tiempo y las políticas corporativas acabaron con un nombre sinónimo de prestigio y calidad.

Olds construyó su primer auto en 1896, un año antes de que decidiera fundar Olds Motor Vehicle Company, usando el nombre Oldsmobile por primera vez en 1900 y su modelo Curved Dash sería el primer auto producido en masa y el primero en ser armado en una línea de ensamble.

En 1908 General Motor compraba la empresa y con ella la marca, que se transformaría en una de las marcas de prestigio del grupo, conocida por su innovación, siendo Oldsmobile el primer fabricante en instalar una transmisión automática en sus autos a la que llamó Hydramatic.

Para los años 50, Oldsmobile se había convertido en una fuerza ascendente y era el pionero en carrocerías con elementos aerospaciales, como luces que simulaban los propulsores de un cohete.

En 1961 lanzaban al mercado el Starfire, un lujoso convertible basado en el Modelo 88. El nombre provenía del avión Lockheed F-94 Starfire y era el primer auto de tamaño grande con la palanca de la transmisión automática colocada en una consola en el piso, algo que hasta ese momento estaba reservado para los deportivos. En 1962 aparecía el coupé, con un frente muy esculpido, una enorme moldura, de aluminio pulido, al costado y luces traseras que simulaban las salidas de los motores de reacción. Esta carrocería duraría solo un año, pues en 1963 desaparecían las molduras y las falsas entradas de aire en los guardafangos frontales, con lo que solo se vendían 34,839 coupés como el que engalana estas páginas.

El Starfire, tenía un interior muy distinto a cualquier auto de la competencia, con dos butacas y una tapicería de cuero con una decoración muy elaborada, en un color similar al de la carrocería. Tenía una consola central cromada en cuyo interior estaba el tacómetro y la palanca de cambios con un pequeño botón en la punta, que permitía moverla. Algo curioso de dicha transmisión es que no sigue el patrón normal de las actuales, pues después de «Park» viene neutral,»Drive» y luego la reversa.

Atrás había espacio para tres puestos, aunque el central no tenía la comodidad de los otros dos, con un adorno en la parte superior del respaldar y una parte inferior que podía convertirse en apoya brazos.

El tablero es el típico de esos años, metálico, con la parte superior forrado en cuero del mismo color que los asientos, con la instrumentación rectangular en cuyo interior una barra se mueve hacia la derecha a medida que va aumentando la velocidad. Junto a los instrumentos un radio AM de botones llamado Wonder Bar que permite tener 10 emisoras en memoria y en el que junto al botón del volume tenemos uno que puede ajustar el nivel de bajos, mientras que el selector de emisoras, permite balancear el sonido entre la bocina trasera y la delantera. Todo un adelanto para la época. Bajo el radio dos ceniceros, con un reloj entre ellos.

El Starfire tenía todos los adelantos en comodidad de esa era, con cuatro ventanas eléctricas, luces de cortesía adelante y atrás, antena eléctrica, aire acondicionado, con dos velocidades de abanico y salidas centrales y laterales. Tenía también uno de los baúles con mayor capacidad, pues la llanta de repuesto no estaba a un costado como era lo usual, sino que estaba ubicada plana sobre el eje trasero. Como era considerado un auto de lujo, el baúl está completamente alfombrado con el mismo color de la carrocería.

El motor, naturalmente un V8, el Skyrocket de 394 pulgadas cúbicas (6.5 litros) con una compresión de 10.25:1, lo que era muy alto para su época y un carburador Rochester de 4 barriles, generaba 330 HP a 4,600 rpm.

El auto que les mostramos llegó a Panamá en 2015. Su propietario actual, lo compró en Estados Unidos a través de e-Bay. «Me enamoré de él cuando tenía 17 años, nos comenta. Tenía un cliente en el Banco Nacional de Río Abajo de nombre Marcos Robles que tenía uno y cada vez que venía al banco tenía que salir a verlo.»

El auto llegó funcionando de Estados Unidos, pero con la tapicería muy dañada y un fallo de motor. Un mecánico le recomendó hacerle un «overhaul» al motor y tras conseguir todas las piezas, procedieron a sacar el motor y trabajarlo afuera. Fue en ese momento que descubrieron que el piso delantero estaba completamente oxidado, por lo que se procedió a comprar esas partes en Estados Unidos y se ordenó la tapicería completa con un especialista del norte, que hace replicas exactas para los autos americanos de inicios de los 60.

Ya con el piso reparado, se procedió a pintar nuevamente el auto, pues la pintura original estaba muy maltratada. Se consiguió el código original y se repintó en el mismo tono exacto con el que salió de la fábrica. Luego un tapicero local, instaló los forros que habían llegado de Estados Unidos y para cuando él finalizó el motor, previamente reparado, se reinstaló.

Es un auto que se maneja muy bien, con un motor potente y una serie de elementos de confort raros para la época ya que tiene frenos de potencia, aunque los 4 son de tambor y dirección hidráulica. Es un auto con una suspensión muy suave, que en curvas no tiene mucha precisión y cuya carrocería se inclina bastante, algo que era lo común en los 60.

Es el único Oldsmobile Starfire que existe en Panamá y debido a la poca cantidad que se fabricaron, un auto que incluso es difícil ver en exhibiciones en Estados Unidos.