ASTON MARTIN RAPIDE AMR IR PARA EL CIELO SIN LLORAR

La última versión del Rapide, lleva a sus cuatro ocupantes a una nueva dimensión en cuanto a prestaciones, con un motor que supera los 600 HP y una agilidad digna de un auto de carreras. Lástima que solo se harán 210 ejemplares.
Aston Martin, la marca inglesa fundada en 1913, se ha distinguido desde sus inicios por su deportivismo y grandes prestaciones. Es un fabricante semi artesanal, que se distingue por la calidad de sus interiores y por hermosas carrocerías, una de ellas con cuatro puertas: El Rapide.
James Bond puso a Aston Martin en un sitial muy alto, pero nos ha hecho pensar que los Aston Martin son autos egoístas, solo para Bond y su chica, pero el Rapide, permite llevar a los hijos o a los suegros.
Este modelo aparecido en 2010, ha sufrido una serie de cambios leves, hasta que el 2014 apareció la versión Rapide S, con la ultima actualización del motor V12, con la que se superaban los 300 km/h y se consumía menos gasolina que con el motor anterior. Partiendo de la base del Rapide S, con la última actualización de motor, el año pasado decidieron celebrar la victoria en las 24 Horas de Le Mans de 2017, con una edición limitada del Rapide, a la que llamaron AMR (por Aston Martin Racing), que usa el tradicional color verde inglés con la raya en un tono mucho más claro, igual al que llevan los autos de carrera oficiales.
Una serie de cambios adornan la ya de por si hermosa carrocería del Rapide, con una parrilla derivada del auto de carreras, mayores tomas de aire en la tapa del motor, un pequeño alerón trasero, un labio frontal en fibra de carbón y un mayor difusor trasero, también en ese material. Para resaltarlos más y diferenciarlos de la versión S, estos nuevos elementos tienen un ribete pintado en color verde limón.
Estos ribetes, los encontramos también en el interior, al igual que muchas piezas en fibra de carbón, lo que hace resaltar el carácter deportivo de este modelo, que contrasta un poco con un habitáculo más sobrio en el modelo normal. Otro detalle que rompe la típica artesanía británica en los asientos, es que en vez del cuero Connolly lo que abunda en el AMR es Alcantara, que cubre timón, asientos y cielo raso. Otra concesión al tema deportivo y a una reducción de peso, pues el cuero resulta más pesado.
No hay cambios en el tablero ni en la consola aparte de la decoración en fibra de carbón. Se mantiene la consola central que separa el auto en dos y que permite tener butacas individuales también atrás. Las delanteras son eléctricas con los controles montados en una original posición a los lados de la consola, que no cuenta con palanca de cambios ya que estos se hacen mediante botones.
La pantalla del equipo multimedia, se ubica en el centro del tablero a modo de tablet y como en otros modelos de la marca, se puede personalizar, eligiendo el equipo de sonido que mejor se ajuste a nuestros gustos.
Para el motor, se ha recurrido a los conocimientos derivados del modelo de competición, para sustituir los conductos de admisión y mejorar el flujo de aire a la inyección. Con esto y una reprogramación de la ECU y sin necesidad de dotarlo de un turbo, la potencia ha subido a 603 HP y el torque hasta los 630 Nm. Otro cambio efectuado en la parte mecánica es un sistema de escape cuádruple, que también resulta en un sonido más áspero.
Nuevo también para esta versión son los frenos, que son cerámicos en las 4 ruedas, con discos ventilados y perforados de 400 mm adelante y 360 mm atrás, los primeros con 6 pistones y los otros con 4. Con esto las llantas son por primera vez en un Rapide de 21 pulgadas, con diferentes dimensiones adelante y atrás.
Gracias a los cambios en la carrocería, que pesa menos y tiene un mejor coeficiente aerodinámico y a una disminución en el peso de muchos componentes del habitáculo y la mecánica, la suspensión ha recibido mucha atención, para compensar el cambio en el balance de peso en el auto y que su manejo no se viera afectado negativamente, por eso la suspensión permite al AMR ir 10 mm más abajo que en el S, manteniendo el sistema de amortiguación de 3 etapas, aunque reajustando. Con ello se consigue un comportamiento más dinámico y ágil.
Con la electrónica actual es posible tener un auto con un comportamiento muy agresivo o uno más cómodo, para ello disponemos de cuatro modos de manejo: Drive, Drive Sport, Paddle Shift y Paddle Shift Sport. En los dos primeros la transmisión queda en modo automático, mientras que en los otros dos tenemos que hacer los cambios manualmente desde las levas en el timón. De acuerdo al modo elegido también cambia la dures y rapidez de la dirección.
Un auto que ha sido puesto a punto en Nurburgring por los ingenieros del departamento de competición de Aston Martin, ha de tener un comportamiento dinámico de primera, como constata su tiempo de vuelta al Nordschleife y unas cifras de prestaciones de infarto. Su velocidad máxima es de 338 km/h, la más alta de cualquier sedan de 4 puertas y puede acelerar de 0 a 100 km/h en 4.4 segundos.