AUSTIN HEALEY 3000 BELLEZA Y SIMPLICIDAD

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En los años dorados de la post guerra, un lápiz y un papel bastaban para diseñar un auto y volverlo realidad en poco tiempo. Era una era de libertad, sin restricciones gubernamentales de contaminación o seguridad.

Donald Healey era lo que actualmente llamamos un preparador que eventualmente se transformó en fabricante. En 1952 presentó un deportivo con el motor del Austin A90 y el auto impresionó a Leonard Lord, Director de Austin, que vio la posibilidad de producirlo en masa y añadirlo a la gama de productos de la marca, como un modelo de prestigio. Nacía entonces el Austin Healey 100, ya que el auto alcanzaba las 100 millas por hora.

La carrocería, diseñada por Gerry Coker se mantuvo igual a la del prototipo, pero en 1956 se afilaron sus líneas ya que el chasis se aumentó, con lo que el largo pasó a los 4 metros y se le instaló un motor de 6 cilindros. Exteriormente tenía una nueva parrilla con barras verticales que con el paso de los años se volverían horizontales.

El mercado estadounidense demandaba grandes motores, por lo que en 1959, el motor de 2.6 litros se sustituyó por uno de 3.0 litros y nacía el Austin Healey 3000. Entre 1959 y 1967, Austin fabricó un poco menos de 43,000 de estos autos, en tres versiones. De la MK3, como la que les mostramos solo se hicieron 17,712 unidades. ¿En que se diferenciaba el MK3 que apareció en febrero de 1964, del MK2? Unos carburadores más grandes y un árbol de levas diferente aumentaban la potencia hasta los 148 HP, lo que era mucho para la época. Ganaba además asistencia hidráulica para los frenos, una instrumentación más completa y la posibilidad de dos asientos o una configuración 2+2 como la del auto que les mostramos.

Donald Healey concibió el auto pensando en la posibilidad de ponerlo a competir y lo hizo, corriendo incluso en las 24 Horas de Le Mans, sin embargo el 3000 perdía un poco el deportivismo de los primeros modelos buscando un auto más capaz en largos viajes, que ofreciera mejor confort, pues el cliente americano necesitaba esas cosas, por lo que el Healey 3000 buscó un lugar en los rally más que en los circuitos y aun en nuestros días es un auto ganador en eventos para clásicos.

Hemos tenido la oportunidad de manejarlo en dos ocasiones y es un auto rápido, aunque muy básico. Solo para darles una idea, las opciones que tiene son: ruedas de rayos, radio, ventanas que pueden bajarse y subirse manualmente y retrovisores, aunque la verdad la visibilidad hacia atrás es pésima y los retrovisores son un adorno.

Uno no entra en él se mete en él. Es algo incomodo para entrar, pues hay que hacer una contorsión ya que la puerta abre muy atrás, pero una vez sentados tenemos una posición baja pero cómoda. Los asientos tipo butaca, son típicos de los deportivos ingleses de inicios de los años 60, con una sola pieza para el respaldar hecho de una sola pieza curva, sin posibilidad de reclinarlo, por lo que uno adopta una posición de manejo bastante vertical. Atrás el espacio es mínimo incluso para un niño.
El baúl, sirve para llevar la llanta de repuesto, las herramientas, la batería y con algo de suerte un maletín con la condición de que no sea muy grande.

El Austin Healey es un auto fuerte y simple, aunque con mucho carisma, una combinación típica de los autos ingleses de los años 50. La suspensión tiene muy poco recorrido, por lo que se sienten todas las imperfecciones de la calle y encima es dura. La dirección es algo imprecisa y pesada, los frenos, con discos delanteros y tambores traseros, son justos para la potencia del auto. Como tiene uno de los motores más pesados fabricados, es un auto con un mal balance de peso, por lo que manejarlo a velocidad es una aventura y cuesta tomarle confianza.

La transmisión de 4 cambios, es imprecisa y cuesta acostumbrarse a esa sensación de no saber si pusimos segunda o cuarta y como la primera no tiene sincronizadores, no recomendamos pasar de segunda a primera sin estar completamente parados.

El chasis permite bastante flexión, como en todo convertible inglés de mitad del siglo XX, por lo que en curvas o desniveles hay bastantes crujidos, pero una vez tomamos confianza podremos disfrutar el agradable rugido del motor que va in crescendo a medida que ganamos velocidad. uno de los inconvenientes que le encontramos es que es muy bajo y el escape está demasiado cerca del suelo, con lo que pasar policías muertos es todo un reto.

El modelo que les presentamos fue importado de California, luego de que un coleccionista local perdiera una subasta por uno de ellos. Este modelo se encontraba a la venta, fue revisado por un experto estadounidense y luego embarcado a Panamá, donde se repararon unos detalles de carrocería, se pintó en esta combinación original y se revisó la parte mecánica, tras lo cual quedó en el estado que está actualmente. Es de 1967, por tanto es uno de los últimos que se fabricaron, pues British Leyland Motor Corporation, que era el propietario de Austin para esos años, decidió eliminar eliminar el modelo de su portafolio en 1967 y dejar los autos deportivos únicamente bajo la marca MG.