JEEPSTER COMMANDO, EL ABUELO DE LOS SUV

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Al terminar la Segunda Guerra Mundial, el fabricante Willis-Overland, continuó fabricando su MB (Jeep) para las fuerzas armadas de Estados Unidos y sus aliados. Pero la capacidad de producción era mayor que la demanda militar lo que los obligó a hacer unas leves modificaciones al vehículo y venderlo como CJ (civilian Jeep). Había mercado para él entre los granjeros de América y entre aquellos que al regresar de la guerra, veían en él un medio de transporte en zonas de difícil acceso. El éxito del CJ permitía que se creara un nuevo modelo, el Willis Wagon, una versión más grande y con carrocería cerrada a la que se le añadiría luego un pick up con el mismo chasis y mecánica.
El 3 de abril de 1948 Willis-Overland decidía introducir un tercer modelo, destinado a un cliente diferente. Uno que buscara una apariencia deportiva, que combinara la solidez del Jeep con un aspecto más desenfadado. Nacía el Jeepster, un diseño de Brooks Stevens sobre el chasis del Willis Wagon, pero que no era 4×4 sino tracción trasera.

El modelo no fue bien recibido, pues a pesar de ser mercadeado como un deportivo, tenía un motor anémico. Otro punto en contra era su elevado precio, pues Willis no tenía la capacidad de producción de los tres grandes de Detroit y no podía aplicar como ellos la economía de escala. Pese a que en su corta vida se añadieron nuevos motores, las ventas no levantaron y en 1951, con menos de 20,000 unidades dejaron de producirlo.
La guerra de precios entre Ford y General Motors a inicios de la década del 50, cobraba numerosas víctimas entre los pequeños fabricantes y en 1953, Kaiser Motors, compraba a Willis-Overland y convertía a Jeep en marca.
En 1967 y como respuesta a la llegada del Ford Bronco, un año antes, Kaiser Jeep presentaba el Jeepster Commando. Jeep había estado solo en el mercado de vehículos todo terreno, pero la llegada de un producto de Ford, con su amplia red de distribuidores, era un peligro para Jeep, que reaccionaba de inmediato.

A pesar de usar el nombre de un modelo previo, el Jeepster Commando no tenía nada en común con el Jeepster original. La carrocería era un diseño de Jim Anger, el jefe de diseño de Jeep, que tomó como base el chasis del CJ-6, pero creó una carrocería totalmente nueva que le daba un aspecto más ancho que el CJ-6. El usar el chasis de 101 pulgadas entre ruedas, le permitía usar todos los componentes mecánicos del CJ-6, incluyendo el motor V6 de 160 HP, que originalmente había sido de Buick. Ya a fines de los 60, la transmisión automática tenía mucho terreno ganado entre los norteamericanos, por lo que la Hydra_Matic de GM equipó a la mayoría de Commando, aunque bastantes Commando usaron una transmisión manual de 3 velocidades.
En el momento de su presentación, se ofrecía con varias opciones de carrocería, convertible, convertible con capota de lona, un pick up convertible con techo de lona, pick up techo duro y camioneta.
La doble tracción se activaba mediante una palanca en el interior del auto, pero había que bloquear las ruedas frontales mediante un Free Wheel manual. El Transfer central tenía dos relaciones, una alta y una baja.

A pesar de una fuerte campaña de mercadeo, las ventas del Jeepster Commando no fueron lo que Kaiser esperaba y a pesar de refinar el producto en los siguientes años, no mejoraron. En 1970 Jeep era vendida a American Motors Corporation (AMC), que continuaría con el Commando, renovándolo completamente en 1972, con un vehículo más grande y con motores propios de AMC, como el 6 en línea de 232 pulgadas cubicas y el V8 de 304. 1973 sería su último año en el mercado, y tras 77,500 unidades fabricadas sería reemplazado por el Cherokee.
ESTE COMMANDO
La vida del auto que presentamos inició en California, con un estudiante de medicina como su primer propietario. Este lo conservaba hasta finalizar sus estudios, vendiéndolo a otro californiano que con los años lo vendió a un finquero en Wyoming, para uso de su esposa. Este último personaje lo tuvo por muchos años y decidió venderlo debido a que por su edad ya no estaba en condiciones de manejar. Su actual propietario lo vio en Internet y tras varios meses decidió hacerle una llamada al dueño, cerrando la compra poco antes de Navidad. El auto salió de Wyoming hacia Miami, en medio de una nevada impresionante, donde hubo de convencer al gruero de que se le iba a dar una propina importante. De Miami a Colón, donde el actual propietario solo le enseño la llave y se lo trajo rodando hasta Panamá.
Fue fabricado en 1970 y viene equipado con el motor V6 “Dauntless” unido a una transmisión manual.

El interior cuenta con dos butacas, con un tapizado muy original, que dudamos sea el original, pero que vino con el auto y una banca trasera, tapizada en el mismo material. Un cuadro de instrumentos muy sencillo se aloja frente al conductor que tiene frente a si un tablero de metal, pintado en el mismo color del auto, en cuyo centro tenemos un radio AM.
Tres concesiones ha hecho su actual propietario a la originalidad del vehículo, primero se le instaló aire acondicionado, luego power steering y por último un timón de madera. El resto es tal cual vino de fábrica, incluyendo las barras de seguridad, ideales cuando se desmonta el techo, que va atornillado a la carrocería como en otros Jeep.

Para la sesión de fotos, pudimos viajar en él, siendo bastante más cómodo de lo que esperábamos, aunque sin comparación con los estándares actuales. La dirección es lenta, con un radio de giro muy grande, y los frenos de tambor.
La posición de manejo es algo peculiar, con el piso bastante alto y las rodillas levantadas, pues los asientos son bajos.
Es un auto, del que no se conocen otras unidades funcionando, en Panamá, por lo que llama la atención, aunque es fácilmente reconocible como un Jeep, especialmente por su frontal.