NIKI LAUDA

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Tres veces campeón mundial. Será más recordado por sobrevivir uno de los peores accidentes de la categoría que por el resto de su carrera deportiva.

Las banderas vuelan a media asta en Mercedes Benz, pero también en Ferrari, pues en ambos lugares dejó una huella imborrable. En el primero como presidente no ejecutivo del equipo de carreras y en el segundo por dos campeonatos del mundo (1975 y 1977). Es probable que también en Woking, sede de McLaren haya señales de duelo, pues el austriaco ganó su tercer campeonato con ellos (1984).
El motivo de ese duelo es el fallecimiento de Niki Lauda, el pasado lunes, tras varios meses con la salud deteriorada, tras un transplante de pulmón.
Nacido en una familia adinerada de Viena, tuvo que luchar contra la presión familiar para poder correr profesionalmente, primero en carreras locales en Austria y luego en la vecina Alemania, al punto de tener que conseguir un préstamo bancario, para continuar con su pasión deportiva, que finalmente logró frutos.
Su debut en Fórmula 1, llegó de la mano de March en 1971, con quien estuvo dos años. Luego pasaba a BRM como compañero de Clay Regazzoni, que al año siguiente se iba a Ferrari y recomendaba al austriaco con su nuevo jefe, que decidía incorporarlo al equipo en 1974. En su cuarta carrera con el equipo llegaba su primera victoria y un año más tarde llegaba su primer campeonato, tras cinco victorias. Era el primer campeonato de Ferrari en 11 años
La racha de victorias lo acompaño en 1976, ganando cuatro de las primeras seis carreras y acumulando más del doble de su más cercano rival. Llegaba entonces el Gran Premio de Alemania, corrido en Nürburgring (circuito largo) donde tenía un grave accidente que lo ponía al borde de la muerte, con graves quemaduras y daños en los pulmones. Aunque con graves secuelas, Lauda regresaba a la pista dos carreras después del accidente para finalizar segundo en el campeonato, al retirarse en Japón debido a las peligrosas condiciones de la carrera con lluvia. En Ferrari nunca le perdonaron ese gesto y a pesar de ganar el campeonato del año 1977, Lauda se fue de Ferrari para Brabham, donde la poca fiabilidad del auto no le permitió reeditar sus triunfos, ganando solo dos carreras con ese equipo.
A fines de 1979, anunciaba su retiro, para ocuparse de su otra pasión: la aviación. En 1978 había fundado Lauda Air y esa empresa ocuparía su tiempo por muchos años. En 1982, Ron Dennis, lo convencía de regresar con McLaren y en su tercera carrera con el equipo regresaba al lugar más alto del podio. Con McLaren estaría cuatro años y con ellos lograría su tercer título mundial.
Al finalizar la temporada de 1985, se retiraba definitivamente de la competición y regresaba a gerenciar Lauda Air, aunque sin alejarse de la Fórmula 1, pues en 1993 fue asesor técnico de Ferrari. Fue él quien recomendó a Michael Schumacher, con los resultados que todos los aficionados conocen. Un breve paso como director del equipo Jaguar y diez anos más tarde llegaba al equipo Mercedes, como asesor y accionista, posición que mantuvo hasta su muerte.
Muchos de sus problemas de salud, estaban relacionados con el accidente que sufrió en Nürburgring y el sinnúmero de operaciones a las que debió someterse tras eso. En 1997 recibió un transplante de riñón, 8 años después otro más, donado por su segunda esposa. El año pasado se sometió a un transplante de pulmón, lo que lo obligó a alejarse de las pistas nuevamente, aunque esta vez no como piloto sino como asesor de Mercedes. A raíz de una gripe, debió ser hospitalizado a principios de este año. Tras ella su salud no mejoró y fue enviado a su casa donde pasó sus últimas semanas. Hace pocos días su salud se agravó y fue internado en una clínica en Suiza para una diálisis. Fue en ese lugar donde fallecido a los 70 años.
Lauda ya era una leyenda, antes de que la película Rush, hiciera que su nombre fuera reconocido fuera del ámbito automovilístico. Los verdaderos aficionados lo recordarán como un piloto metódico, muy conocedor del aspecto técnico, innovador, luchador y un hombre sin pepitas en la lengua. Un piloto que le ganó a los mejores de su época y al fuego. Un piloto que ya era una leyenda antes de su muerte.