RALLY MAYA

Talla internacional para esta edición de un rally que se perfila como el mejor del continente.
Texto: Alejandro Konstantonis
Fotos: Eugenio Robleda
Con una ruta, que no repetía ninguna de las usadas en los cuatro años que tiene el evento y con 111 vehículos inscritos, se realizó durante el mes de junio, el Rally Maya, por la península de Yucatán en México.
El programa del Rally en la edición 2018 proponía cosas interesantes y nunca vistas en el deporte motor de cualquier disciplina. La primera de ellas fue que el banderazo de salida fue en la isla de Cozumel, la cual recibió al enorme contingente como parte de las festividades de los 500 años del encuentro de dos culturas en esas latitudes.
Tras un recorrido por el perímetro de la isla contra el reloj, realizado bajo la lluvia, se completaba el primer día de competencia, que usa el formato de rally de regularidad, donde las etapas cronometradas deben ser completadas a los promedios establecidos, pasando por los puntos de control en el tiempo exacto, pues cada segundo de atraso o adelanto se penaliza y se acumula para el resto del rally. Al final el equipo ganador es el que haya acumulado menos penalizaciones.
Como no es lo mismo realizar el rally en un auto de pre guerra, que en uno de los años 80, la organización estableció cuatro categorías de acuerdo al año de fabricación. La categoría A, incluía autos fabricados hasta 1931, la B de 1932 a 1949, la C de 1950 a 1964 y por último la D para autos entre 1965 y 1975.
La ruta continuaba al día siguiente embarcando los autos en un ferry que los trasladaba a tierra firme donde saldrían con rumbo a Valladolid en otra etapa cronometrada, que finalizaba en el Zócalo de la ciudad donde los autos quedaban expuestos para deleite del público.
La tercera jornada llevó al grupo de competidores hacia otra zona mística y emblemática: Chichen Itzá, donde se pudo conjugar el sincretismo de la gran cultura maya con las bellas piezas de ingeniería automotriz, las cuales llegaban puntuales a la cita y con bastante exactitud conforme a lo que les indicaban sus hojas de ruta. Los primeros autos en arribar eran los más antiguos del Rally Maya, y en este contingente iba uno de los más fotografiados por su estilo y apariencia, y que además era el más antiguo inscrito en la justa de regularidad: un Ford Modelo A “Baquet” 1929, un auto modificado para carreras en la década de los años treinta.
La siguiente jornada los llevó a San Felipe, Yucatán, cerca de Río Lagartos, en donde es el paraíso de los flamencos, y como dato cultural, la gente se tomó muchas fotografías con un personaje que tenía una homonimia con el bello puerto, nos referimos al expresidente de México, Felipe Calderón, quien en compañía de uno de sus hermanos compitió en un Volkswagen Karmann Ghia. La etapa de Chichen Itzá marcaría otro hito en el rallismo, ya que los autos fueron recibidos en el aeropuerto privado de la zona.
La siguiente parada sería Mérida, la blanca ciudad, en donde el contingente fue recibido en el Centro de Convenciones Siglo XXI, en donde se exhibió al público nuevamente ese museo rodante. En el marco de esa exhibición a la que se sumaron algunos clubes de autos clásicos de la zona, se eligieron los diez autos competidores como semifinalistas del Concurso de la Elegancia, de los cuales tres de ellos disputaron el premio otorgado por la FIVA (Federation Internationale des Vehícules Anciens). Los vehículos finalistas fueron Un Morgan Plus 4 modelo 1958, marcado con el número 58, que quedó en tercer lugar, un bello Ford Convertible 1946, y en primer lugar un espectacular Jaguar E Serie 1 de 1966 identificado con el número de competencia 49.
La etapa final fue la más extensa del recorrido, con un recorrido entre Mérida y Cancún, bajo un intenso calor y con varias etapas cronometradas. En Cancun, los autos nuevamente fueron exhibidos para deleite del público, esta vez en un campo de golf de uno de los hoteles patrocinadores, para ahí pernoctar, hacer entrega de 100 sillas de ruedas y esperar un largo día más para conocer el resultado final.
Los ganadores fueron Luís Orduña y Luís Orduña hijo, en un Porsche 914 de 1974, el segundo lugar fue para el Porsche 911 1975 de Jorge Machuca y Estela Rascón. La tercera posición fue para el Ford a Baquet de Miguel y Patricio Garza.
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