KARMA REVERO: FUERA DE LO COMÚN

Hace una década, un conocido diseñador de autos, Henrik Fisker, decidió crear su propia marca de autos y diseñó el Fisker Karma, con una mecánica eléctrica de rango extendido, es decir uno con propulsión eléctrica, con un generador de gasolina, que se usa para recargar la batería.
El diseño fue impresionante, nada de extrañar de quien ha creado los últimos Aston Martin, por ello hay ciertos rasgos del Rapide. Hay un dicho que dice: «zapatero a tus zapatos» y en el caso de Fisker se aplica perfectamente, pues sus diseños no tienen objeción, pero en la parte empresarial no es tan bueno, con lo que la empresa duró apenas un par de años. Es allí cuando el grupo chino Wanxiang, entra y compra la empresa, rebautizándola como Karma, mejorando la batería y el sistema de producción, aunque conservando la operación de fabricación en California, para convertir a Karma Automotive, en uno de los pioneros en autos eléctricos de gran lujo.
Parte de la visión de Karma Automotive, es ampliar su mercado y por ello Panamá ha sido uno de los primeros mercados de exportación y el primero en Latinoamérica en tener un distribuidor.
Exteriormente es un auto que llama la atención y no pasa desapercibido en ningún lado. Con 5.0 metros de largo y una distancia entre ejes de 3.16 metros, es un auto grande, aunque su poca altura exagera ese efecto de ser muy largo. La carrocería con muchas curvas y un aspecto sensual es de una belleza singular, por cualquier lado por donde la miremos.
Si la carrocería es impresionante por decir lo menos, la parte tecnológica lo es aun más, pues no solo se recarga mediante un generador de gasolina, sino que también podemos hacerlo enchufándolo a un cargador que se suministra con el auto y se conecta a un toma corriente casero o a través del techo solar que tiene el auto.
Dos motores eléctricos, ubicados en la parte de atrás mueven las ruedas traseras y gracias a su batería y a los paneles solares en el techo puede recorrer 80 kilómetros antes de que haya que recargar o que empiece a funcionar el generador, cuya función es únicamente volver a cargar la batería. Esto en términos habituales, para un individuo común, significa que en un uso urbano no necesitaremos otra cosa que electricidad. Ahora bien, gracias al generador, no tendremos que preocuparnos por viajes al interior y ver la disponibilidad de electrolineras, pues con él podremos recorrer 460 kilómetros y para seguir solo tendremos que volver a ponerle gasolina.
Mediante una leva tras el timón, podremos tener tres modos de manejo: Stealth, que es un modo completamente eléctrico, Sustain, donde lo que se busca es maximizar el rango de uso preservando la carga de la batería y el Sport, donde lo que se logra son sensaciones deportivas, como alta aceleración, aun a costa de reducir el rango de uso sin ayuda del generador.
Otra leva nos permite ajustar la forma como se regenera energía en tres niveles, en el modo con menor regeneración el auto se comporta como uno de combustión, pero si pasamos al nivel máximo, cada vez que levantamos el acelerador es como si estuviésemos frenando levemente, pues se siente que nos quedamos sin el empuje del motor.
A pesar de su aspecto deportivo, se trata básicamente de un auto de lujo y por tanto ese aspecto es el que prima, por sobre las prestaciones. Con esto no queremos decir que no sea rápido, pero las cifras no muestran lo que las sensaciones al volante.
Mientras la carrocería es básicamente la misma que creó Fisker, el interior ha tenido bastantes cambios con respecto al original, actualizándose con lo último en tecnología, aunque manteniendo el esquema original de 4 plazas, ya que la batería va montada en el centro y actúa como si fuera el túnel de la transmisión de un deportivo convencional. Con ello podemos disponer de cuatro butacas individuales, donde atrás se siente un poco enclaustrado por la baja altura del techo pero donde disponemos de espacio suficiente para no tocar con la cabeza o las rodillas, a no ser de que nuestra estatura sea muy alta.
Frente al conductor una gran pantalla digital nos muestra la información necesaria para un manejo habitual y luego en el centro del tablero la habitual pantalla con el equipo de sonido, Bluetooth, cámara de retroceso, controles del aire acondicionado y demás aplicaciones de comunicación y entretenimiento, más un gráfico interactivo que nos muestra como se genera la entrega de energía.
Este es un auto para viajar ligero, pues tiene poco espacio de maletero ya que los motores van montados en el centro del eje trasero y eso roba espacio. Sin embargo, podremos llevar un par de bolsas de golf o varios maletines.
A la hora de manejarlo, hay un curioso control para lo que en un auto normal sería el cambio de marchas, con opciones como Drive, Reversa, Neutral y Parking. Al apretar el D se enciende una luz verde y ya podemos avanzar, totalmente en silencio.
El Revero es un auto muy confortable y con muy buena estabilidad, tiene en su contra una visibilidad algo comprometida, hacia tras por la caída del techo que deja poco espacio para el vidrio y hacia adelante por el grosor de los postes A. Pero al final, es algo con lo que se puede vivir perfectamente, o sino pregúntenle a un propietario de Lamborghini o McLaren, sobre el tema visibilidad.
Es un auto para ese cliente que quiere estar a la vanguardia tanto desde el punto de vista tecnológico como ecológico, un vehículo que será tema de conversación para su propietario tanto por su exclusividad, como por su belleza.