LEXUS UX 250h

MARCANDO LA DIFERENCIA
El SUV compacto de Lexus, que ofrece el mismo equipamiento y calidad de sus hermanos mayores.
Aunque se piense que el principal mercado de Lexus es Estados Unidos, la realidad es que es desde hace años una marca global y por ello debe tener modelos para todos los mercados. Hasta la llegada del UX, la marca no tenía presencia en el segmento de mayor crecimiento: el de SUV compactos, por lo que su llegada representa el acercamiento de Lexus a un nuevo consumidor, uno más amplio.
Exteriormente mide 4.49 metros de largo, por 1.84 de ancho y 1.54 de alto, con unos rasgos muy típicos de la marca, como lo son sus luces diurnas y la nueva parrilla trapezoidal que encontramos en el resto de modelos de Lexus. Para demostrar que es un SUV, tiene protectores laterales, cuya forma ha sido determinada en el túnel de viento, para ofrecer menos turbulencia, también las lámparas traseras tienen una función aerodinámica al igual que los retrovisores.
Es una carrocería bien lograda por donde la veamos, prueba de que un auto híbrido también puede ser un auto moderno y hermoso.
Esa forma de la carrocería con una fuerte influencia aerodinámica, conspira contra sus capacidades fuera del asfalto, con una defensa muy baja, con un ángulo de entrada mínimo y muy poca altura al piso. Es el precio a pagar por una excelente eficiencia en consumo.
El motor de gasolina es un dos litros, con tiempo variable de válvulas y 152 HP, mientras que el eléctrico delantero tiene 109, cuando funcionan ambos se puede tener una potencia de 175 HP. Un segundo motor eléctrico de solo 7 HP va en la parte trasera y mueve las ruedas posteriores, de modo que tenemos tracción a las 4 ruedas. Ese motor funciona acelerando la rueda que pierde tracción por lo que es más un elemento de seguridad en caso de perdida de adherencia que un elemento de tracción.
La batería es de níquel, una característica muy de Toyota y Lexus, que aun no han querido hacer el cambio a iones de litio. Esta va montada debajo de donde va el asiento trasero y alimenta tanto al motor delantero como al trasero, que al ir entre las ruedas traseras, roba espacio de maletero. Este por tanto es uno de los más pequeños del segmento e impide la colocación de una llanta de repuesto, por lo que usa «run flat».
Lexus está muy consciente de que vamos a pasar mucho tiempo dentro del auto y por tanto se han lucido con el interior, en términos de originalidad de diseño y en la calidad de acabados.
El sistema multimedia tiene una pantalla de 10.3 pulgadas de alta resolución. Parece táctil pero no, se maneja desde un «track pad», con un sistema igual al que usan otros modelos de la marca. Se maneja con un dedo, pero es muy sensible y cuando manejamos obliga a quitar la vista del camino, para ver donde va el cursor, por lo que recomendamos su uso solo cuando estamos parados. La pantalla podemos partirla en dos y tener diferente información en cada una. Tenemos navegación para Panamá, bien actualizada, cámara de retroceso, información de consumos y de como están funcionando los motores y un equipo de sonido muy bueno. Como era de esperar el sistema es compatible con los celulares inteligentes, por lo que también tenemos Bluetooth y una serie de entradas de USB.
La instrumentación también es digital y varía de acuerdo al modo de manejo que escojamos. La elección se hace mediante un selector en la parte alta del tablero. A mi parecer es más practico que los selectores habituales que van en la consola. A los tres modos desde este control tenemos uno totalmente eléctrico, que solicitamos con otro botón, en la consola y junto a él uno que mantendrá el carro frenado cada vez que nos detengamos por unos segundos y no soltará el freno hasta que empecemos a acelerar nuevamente.
La posición de manejo es buena, más baja a la de un SUV convencional, con unos asientos envolventes, muy cómodos, con reglajes eléctricos y calefacción o aire acondicionado en ellos.
Atrás el espacio es mayor de lo que parece, aunque es algo justo en distancia para las rodillas. En mi caso no toque sentado detrás de mi posición de manejo, pero no me quedó casi espacio. La posición en esta parte es cómoda para largas distancias y hay un apoya brazos central donde llevar un par de bebidas. Lo que encontramos algo incomodo es la entrada a la segunda fila, pues la puerta abre poco y el hueco para entrar no es grande, lo que exige algo de contorsiones.
La versión F Sport, única que se vende en Panama, tiene una suspensión algo deportiva, más dura de lo habitual en Lexus, pero para nada incomoda. Es mas con este Lexus tenemos la sensación de que manejamos un auto alemán.
Como siempre hay que acostumbrarse que arranca siempre en modo eléctrico, por lo que parece que no arrancó, pero sí, pisando el acelerador empieza moverse de inmediato. Al tener buena insonorización no hay ruidos externos, lo que aumenta esa sensación placentera en su manejo. Aunque si nos hace falta escuchar el ruido del motor, hay una tecla que genera artificialmente ese sonido, aunque es tan sutil, que cuesta escucharlo.
Es un auto ideal para la ciudad, con buena agilidad, visibilidad y la posibilidad de un uso eléctrico por buenas distancias, con lo que no se genera ni consumo ni contaminación.
Podrá ser el Lexus más barato o el más pequeño, pero la marca ha puesto el mismo empeño en ofrecer equipamiento, calidad y buenos acabados del resto de la gama y eso es algo que no ocurre en otras marcas, donde entras en un modelo de gama alta y es una cosa y luego en uno económico y es otra muy distinta. También sigue la misma filosofía del resto de modelos en ofrecer una motorización híbrida y en dotarlo del equipamiento que la marca sabe, por experiencia, que no da ningún problema.