LINCOLN NAVIGATOR. OPULENCIA CON CONTROL

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Lincoln atravesó por años una crisis de identidad, que no le permitía crecer, por lo que fue cediendo esa fama de símbolo de riqueza y lujo. Hace un par de años decidieron romper con el esquema de ser un Ford con algo más de equipo, para empezar a definirse como el símbolo de status que una vez fueron, creando diseños ostentosos e interiores dignos de un auto de lujo.

El nuevo Navigator es una muestra de que la marca va en la dirección correcta y han entendido que la competencia no está en sus vecinos de Detroit, sino del otro lado del oceáno.
El exterior es impresionante, por decir lo menos. Primero está su tamaño descomunal, con 5.33 metros y eso que manejamos la versión corta, pues la larga, que también se venderá en Panamá, tiene 5.63. Luego está el ancho y alto, que dejan pequeños a sus competidores europeos.
La nueva parrilla, le da una presencia imponente y la forma de la defensa le añade un toque de fortaleza. Lateralmente mantiene un estilo muy norteamericano, con trazos muy rectos y una linea de ventanas baja y plana. Atrás el toque Lincoln se lo da unas lámparas unidas al centro como si fueran una sola pieza. Los rines de 22 pulgadas, son el complemento perfecto al auto, pues al ser tan grande no se ven desproporcionados.

Aunque lo primero que llama la atención del comprador es la carrocería, lo que realmente vende, en un auto premium es el interior y por eso en Lincoln no se han ido por las ramas, en cuanto a dotarlo de un habitáculo de clase superlativa. La marca no se ha conformado con alfombras mullidas, cromo y madera, sino que ha cuidado los ajustes y se ha olvidado de tomar ciertas piezas del inventario de Ford, con lo que en el habitáculo se respira el lujo y la calidad que hizo de Lincoln una marca reconocida en el mundo de los autos más lujosos del planeta.

Aunque la cabina sea lujosa, sigue siendo funcional, con cantidad de lugares para guardar cosas, una buena dotación de conexiones y puertos USB, cantidad de portavasos, un cargador de celulares por inducción, un deposito entre los asientos capaz de albergar una laptop y espacio suficiente para 7 personas, repartidas en tres filas. Para acceder a la última fila de asientos, un botón en el poste C, permite destrabar el asiento central y correrlo fácilmente hacia adelante. Si a esto sumamos que disponemos de un estribo, que se esconde cuando el auto este a rodando, podemos acceder con facilidad a la parte de más atrás, donde los asientos no son solo para niños, sino que un adulto de tamaño normal, irá cómodo pues el respaldar es móvil y con espacio para las piernas. Al centro disponemos de dos butacas independientes, separadas por una consola, que al igual que la delantera este a en voladizo con lo que hay espacio en la parte inferior para llevar más cosas. Las butacas se ajustan y desde ellas se controlan las dos pantallas del equipo de entretenimiento y el aire acondicionado para la zona trasera. Las butacas frontales tienen hasta 24 diferentes ajustes, con un respaldar en el que la zona superior y la lumbar pueden ajustarse por separado y donde la banqueta está dividida en dos partes que se mueven independientemente. Adicionalmente las butacas tienen aire acondicionado y una función de masaje. La posición del conductor es especialmente cuidada, pues además de las funciones de su asiento, que cuenta con dos memorias, se puede ajustar el timón y los pedales mediante botones.

Al baúl se accede a través de un gran portón, que abre desde la llave o pasando el pie debajo de la defensa y se cierra mediante un botón. Con las tres filas desplegadas, el espacio de carga es suficiente para llevar varias maletas, un par de bolsas de golf o maletines para los siete ocupantes. Mediante un botón se pueden bajar los asientos juntos o por separado y generar más espacio de carga. Lo mismo podemos hacer con los asientos de la segunda fila, sin movernos del área de carga.

Un auto moderno, debe estar enfocado a mantener a sus ocupantes entretenidos y comunicados, por lo que el Navigator incluye una pantalla central que alberga el sistema de de comunicaciones y entretenimiento Sync 3, con reconocimiento de voz y que ya incluye navegación para Panamá. El equipo es compatible con los celulares inteligentes por lo que podemos tener en pantalla todas las aplicaciones que tengamos en el celular, además de Bluetooth.
Apenas nos acercamos al Navigator, él reconoce la llave, despliega los estribos, ilumina el logo de la marca en la parrilla y también proyecta ese mismo logo en el piso. Un par de toques a la llave y podemos arrancar el auto a control remoto sin abrir las puertas, estas lo harán apenas nos acerquemos lo suficiente a ellas. Nos acomodamos en el asiento, conectamos el celular al auto y tras apretar el botón de arranque, (si no lo hemos hecho a control remoto) estamos listos para salir a probarlo.

En el Navigator no tenemos palanca de cambios, sino unos botones con las cuatro funciones básicas. Tocamos el botón D, el del freno de mano y empezamos nuestro recorrido.
Al contrario de lo que se podría pensar, el buque insignia de Lincoln, no tiene un motor V8, sino un moderno, potente y eficiente V6, con doble turbo, que con solo 3.5 litros desarrolla 450 HP, por lo que hay la fuerza suficiente para que este gigante se mueva a muy buen ritmo. La transmisión tiene 10 velocidades, por lo que el consumo de gasolina es mucho más bajo de lo que tendríamos con un V8 y permite que en salidas de intersecciones tengamos la potencia necesaria para hacerlo con seguridad. En carretera marcha en forma silenciosa y rápida, por lo que podríamos ir siempre por encima de la velocidad permitida sin darnos cuenta, por lo que tenemos información proyectada en el parabrisas, que nos indica la velocidad, si nos estamos desviando del carril, que también sentiremos en forma de vibración en el timón y un par de cosas poco relevantes. Aunque acelera rápido, la sensación no es la de un vehículo deportivo, sino uno donde la potencia se aplica con energía pero sin apuro, con lo que no tendremos la sensación de una fuerza que nos aprieta contra el asiento.

En la consola tenemos un botón que nos permite varios modos de manejo, algunos de ellos para situaciones climáticas que no tenemos en Panamá, pero otros prácticos en temas de confort o economía de consumo. Estos modos de manejo aparecen el el cuadro de instrumentos, que al ser digital, cambia de forma de acuerdo al seleccionado.
El Navigator tiene un andar muy suave gracias aúna suspensión independiente en las 4 ruedas y a amortiguadores adaptativos, que ajustan su dureza en milésimas de segundo de acuerdo a las condiciones del camino, que con el selector de modos de manejo y la tracción 4×4 inteligente, nos permite un uso fuera del asfalto, manteniendo el confort interior.

Es un auto grande y pesado y esto lo notaremos en curvas rápidas, pero con la suspensión adaptativa que trae de serie, la carrocería se mantiene plana y no tenemos la sensación de que podemos perder el control, a lo que ayuda un sistema de estabilidad y tracción poco intrusivo pero eficiente. La dirección a pesar de ser muy suave, permite buen control.
En carretera o trafico, estamos muy bien aislados del exterior y el motor es apenas audible. Ahora bien, con un equipo de sonido Rebel con 14 bocinas, no creo que muchos lleguen a escuchar otra cosa que no sea música en alta fidelidad.

Como todo auto moderno, una serie de sistemas de seguridad están presentes, adicionales a una dotación completa de bolsas de aire. Contamos con cámaras que nos muestran el frente, los lados y la parte posterior, con un sistema de aviso de tráfico acercándose, cinturones de seguridad con pretensado en caso de colisión inminente, aviso de punto ciego en los retrovisores, Control de velocidad en bajada y mantenimiento de freno en subida hasta acelerar, control de velocidad crucero adaptativo, y el de asistencia de frenado pre colisión con detector de peatones.

Una de las cosas que me haría pensar en comprar un vehículo de este tamaño, es tener que estacionarlo, por eso en Lincoln dotaron al Navigator del sistema de ayudante de estacionamiento, que selecciona el lugar donde puede hacerlo y se encarga de mover el timón, mientras uno solo controle el freno y los cambios. Es súper eficiente y puede estacionarse en espacios con un mínimo espacio adelante o atrás.
Lincoln era la máxima expresión de la indulgencia americana, el mimo a sus ocupantes y el lujo, en una época algo lejana. Con el Navigator han vuelto a sus raíces, con un producto perfectamente alineado con las necesidades del consumidor del siglo XXI y que es muy agradable de manejar.