MERCEDES BENZ 450 SLC

En 1971, Mercedes Benz decidía pasar a retiro al “Pagoda” como se conocía al deportivo SL, que había recibido ese apodo por la forma del techo duro opcional con el que se podía pedir ese modelo. Nacía entonces el segundo modelo más longevo en la historia de la marca el R107 (denominación interna de la marca).
El R107 era una mejora en todo sentido sobre el W113 al que sustituía. Crecía en dimensiones, por lo que ofrecía más espacio interior, una suspensión con doble horquilla delantera y semi independiente atrás. Mientras el “Pagoda” se comercializó exclusivamente con motores de 6 cilindros en línea, el nuevo modelo ofrecía la opción de un V8, pues tenía al mercado norteamericano en la mira.
Unos meses después de la presentación del roadster SL, se presentaba en París una versión de techo duro con cuatro asientos, con el código interno C107, pero que sería conocido por sus siglas: SLC. Era en efecto un SL con el chasis alargado en el medio, en 360 milímetros y al igual que ese, podía ordenarse con motores de 6 y 8 cilindros.
La carrocería, obra del equipo dirigido por Bruno Sacco, ofrece un techo fijo integrado a la carrocería, con una ventana muy pequeña adornada con una parrilla que ofrece privacidad más un toque de elegancia. Como es norma en los modelos SL la estrella es parte de la parrilla, un detalle que sería traspasado a todos los coupé que se fabricaron después de este. Es un auto grande ya que tiene un largo de 4.98 metros y pesa casi 1,700 kilos.
Inicialmente tanto el SL como el SLC tenían la denominación 350 para el mercado norteamericano, aunque la realidad era que tenían un motor de 4.5 litros cuando, siguiendo la tradición de Mercedes, parecía que tenía un 3.5 litros. Luego el departamento de mercadeo, corrigió el error y a partir de 1973 se llamaron 450 SL y 450 SLC, una movida que agradó especialmente a los estadounidenses que se volcaron a comprar ambos modelos, aunque el convertible sería mucho más popular.
El motor era una unidad muy avanzada para la época, con bloque de hierro y cabezote de aluminio, válvulas a la cabeza y uno de los primeros sistemas de inyección electrónica, lo que le confería buena economía de gasolina y buena velocidad punta.
Aunque se partía del roadster, el haber alargado el chasis permitía tener cuatro asientos, con dos asientos individuales en la parte trasera. Los asientos podían venir tapizados en tela, en cuero o en un material sintético de alta resistencia llamado MB Tex, y tenían ajustes mecánicos.
El SLC fue fabricado exclusivamente en la planta de Sindelfingen, a unos 15 kilómetros de las oficinas principales de la marca en Stuttgart, su producción duró 10 años, pues en 1981 el coupe de 4 puestos, paso a ser con el chasis W126, del sedán Clase S y pasó a denominarse SEC.
Mercedes lo diseñó para que fuera un Grand Touring y no un deportivo puro, pero a pesar de eso, usó este modelo para varias aventuras deportivas, participando con varios en algunas pruebas del Campeonato Mundial de Rally en los 80, aunque también compitiendo en el Campeonato Alemán de Turismos, en ambos casos con relativo éxito.
Mercedes fabricó un total de 62,888 SLC, de los cuales la versión 450 SLC fue la más vendida. El último SLC fue fabricado en agosto de 1981, mientras que el SL seguiría en producción hasta que el 4 de agosto de 1989, salía un 500 SL color plata astral, que fue directamente a formar parte de los autos del museo de la marca.
De ese mismo color es el 450 SLC de 1977 que presentamos. El auto es especificaciones americanas, ya que tiene las defensas grandes, las direccionales anaranjadas y dos luces redondas a cada lado del frente.
Su propietario lo compró en 1987 en un auto venta en El Cangrejo y desde entonces ha sido suyo. Entre las cosas que le compró inicialmente está el timón Nardo de madera y el kit de spoilers delantero y trasero de Zender. Por lo demás es completamente original, conservando incluso el radio Becker México, con el que salido de fábrica.
A pesar de que el propietario es un conocido coleccionista de autos, con un buen número de Mercedes, a este le tiene un cariño muy especial, pues fue con este auto que se entusiasmó por tener la colección que actualmente posee.
Para su época es un auto muy completo en lo que a accesorios se refiere, con timón hidráulico, frenos de poder, ventanas eléctricas, antena eléctrica y cierre central. Contrario a lo que podemos ver en las fotos, no es un auto restaurado, sino uno que se ha conservado en excelentes condiciones y con bajo recorrido pues en 44 años ha recorrido 99,600 millas, es decir unos 300 kilómetros mensuales de promedio. Nosotros tuvimos uno exactamente igual hace poco menos de 20 años y recuerdo que era un auto muy cómodo para viajar, muy silencioso y que se podía circular a buena velocidad con seguridad, con muy buena frenada, gracias a tener cuatro discos de frenos, con una dirección suave pero precisa y un bajo consumo.
Es difícil calcularle la edad a un auto como este con un diseño atemporal que ha aguantado muy bien el paso de los tiempos, sin embargo, su elegancia y presencia hacen que sea un auto que llama la atención donde quiera que vaya.