TOYOTA LAND CRUISER PRADO

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LA LEYENDA CONTINÚA

Tras 4 años el Land Cruiser Prado se renueva. Esta vez no es solo carrocería e interiores, sino que aumenta su capacidad todo terreno y añade mejoras para un uso sobre asfalto.

El Land Cruiser Prado es en Panamá símbolo de status, no hay músico típico que no tenga uno ni diputado que no sea propietario de alguno. No es que ellos sean grandes conocedores del tema, pero es un vehículo con fama de robusto y a prueba de todo, incluyendo un uso en nuestros caminos interioranos, donde es difícil que alguno se quede sin poder pasar, cuando otros modelos competidores tiran la toalla. Por eso sirve tanto para que nuestras artístas lleguen descansados y con todo su equipo a cualquier pueblo y a nuestros diputados no les corra una gota de sudor cuando llegan a buscar votos a los lugares más remotos del país.

Toyota y Kaizen (mejoramiento continuo) son sinónimos y a pesar de que el Prado tiene ya buen rato en el mercado, ha ido cambiando paulatinamente e incorporando mejoras a lo largo de su vida. Su última remodelación acaba de llegar, cargada de novedades que iremos desmenuzando a continuación.

El frente con las lámparas de lagrimas, desaparece para dar paso a uno más moderno, estilizado y con mayor longitud. Uno de los detalles que más llamará la atención es la tapa del motor, con una depresión al centro que de lejos parece ser una salida de aire del motor y que desde el puesto del conductor permite una mejor visión de lo que tiene frente a él, fuera de carretera. La parrilla y la defensa son distintas, así como las luces que tienen un subrayado en LED, en algunas versiones.

El resto de la carrocería permanece sin cambios importantes, manteniendo ese aspecto cuadrado que ayuda a transmitir solidez. El portón trasero sigue abriendo de lado y la ventana puede abrirse desde afuera mediante un botón.

El interior también muestra cambios y Toyota insiste en que se han hecho con el animo de mejorar la ergonomía, es decir en hacerlo más fácil de usar con más cosas al alcance de las manos y con un uso intuitivo. El cuadro de instrumentos tiene nuevo diseño y entre los dos diales hay una pantalla TFT a color, que muestra mucha información, que podemos ir cambiando desde un botón en el timón. Este se ha modernizado, con una serie de funciones adicionales, pero sigue conservando el tamaño y grosor acostumbrado.

El espacio interior sigue siendo uno de sus principales atributos, con tres filas de asientos que cuando están desplegadas casi no permiten espacio de carga atrás. En la versión que probamos, los asientos estaban tapizados en cuero, con controles eléctricos para los frontales, que además tienen refrigeración con tres niveles de temperatura. Los centrales pueden moverse manualmente hacia adelante o atrás y el respaldar tiene varios grados de inclinación. Los dos traseros permanecen escondidos bajo el piso, lo que permite un área de carga plana y se abren mediante un botón en el poste trasero, en una operación rápida y sin esfuerzo.

Aunque el típico o la política no son nuestro fuerte, decidimos llevarlo a un lugar inhóspito, como Cerro Jefe, que combina una carretera de montaña, con un camino de tierra y zonas donde en algún momento hubo un camino, de esa manera probaríamos su versatilidad, su principal característica.

En carretera apreciamos el torque del motor que permite subir Cerro Azul en cuarta y la nueva suspensión Kinetic Dynamic Suspensión System (KDSS) que incorpora la versión VX, que reduce la inclinación de la carrocería en curvas y controla la vibración sobre superficies en mal estado, con lo que se ha aumentado el confort de marcha, ya de por si bueno de la generación anterior.

Fuera de carretera es donde más se aprecia su sistema de tracción 4×4 con diferencial central Torsen nuevo, que reparte el torque entre los ejes hasta un máximo de un 30 por ciento en el eje delantero y un 70 por ciento atrás. Atrás el diferencial se puede bloquear desde un botón en la consola. En esa zona tenemos todos los controles necesarios para la doble tracción, con una perilla para la relación alta o baja y otra para los 5 modos de manejo del MTS, que se conecta mediante un botón. Este nuevo sistema ayuda a mantener el control sobre distintos tipos de superficie, al controlar la entrega de potencia, el control de tracción y el frenado individual de cada rueda. Debido a las condiciones del terreno en esta época del año, lo usamos solo sobre piedra suelta y con una combinación roca y piedras, con resultados satisfactorios. Hay otro para barro o arena, que de seguro será el más usado en nuestro país. Un botón marcado como Crawl permite que el auto avance a una velocidad programada en forma automática a campo través, por lo que el auto se encarga del acelerador y los frenos, mientras nosotros dirigimos.

La suspensión KDSS, es tan útil en carretera como fuera de ella, copiando muy bien las irregularidades de la ruta, aunque a velocidad se nota que la carrocería está separada del chasis, por que hay más vibraciones. Donde realmente el camino se pone mal, la suspensión desconecta las barras estabilizadoras para tener aun más recorrido.

Una novedad es el sistema de cámaras, que no solo tiene las típicas trasera y vista de pájaro, sino que tiene una al frente que permite ver la parte baja frontal, lo que es muy útil a campo través por lo que solo se puede usar a baja velocidad.

Otro punto importante en la compra de un nuevo vehículo, es su conectividad y el Prado cuenta con un equipo de sonido con Bluetooth y pantalla táctil, con varias salidas de 12 voltios y entradas auxiliares y USB. Lo o toro es la seguridad y en este caso supera a muchos contrincantes, con sistema de estabilidad electrónico, asistente de subida, asistente de bajada,luces de encendido automático, inmobilizador y alarma de fábrica, frenos de disco en las 4 ruedas, con ABS, EBD y BA, más un total de 7 bolsas de aire, incluyendo una para las rodillas del conductor.

En equipamiento tampoco se queda atrás y al tratarse de un auto de uso familiar, cuenta con bastantes lugares donde guardar cosas, incluyendo un deposito refrigerado entre los asientos delanteros y sun roof de vidrio.

Algunos dirán que es uno de los pocos sobrevivientes a los SUV de chasis independiente de la carrocería y que esto ya es obsoleto, pero Toyota sigue apostando a esta fórmula, debido precisamente a que ofrece una mayor robustez en un uso todo terreno, aunque con el paso de los años la han refinado a tal extremo que ofrece un confort y unas características de seguridad y manejo sobre carretera muy parecidas a las que encontraríamos en uno de los modernos Unibody.